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No me pagues por una hora o dos de lectura de Tarot.
En cambio, pagale a mi padre por permitirme el acceso a una fotocopiadora de su trabajo, para poder fotocopiar un juego de 22 cartas de un libro que había tomado prestado de la sección de la biblioteca, y al bibliotecario por dejar a una chica de 13 años tomar prestado ese libro.
No me pagues por lo que te diré sobre tu situación en base a los Arcanos.
En cambio, pagame por las mil horas ese primer año que estuve obsesionada con las cartas, leyéndolas para mis amigos de la universidad, visualizándolas todas las noches, entrando en ellas en sueños para poder encontrarlas como seres vivos en mi propia vida, cada hora de cada día.
No me pagues por ninguna idea nueva que pueda ofrecerte a través de una lectura.
En cambio, pagame por todos los libros que compré y los variados cursos que tomé durante estas últimas dos décadas para prepararme para este momento con vos. Por no venderte un curso intensivo de fin de semana en el que salgas con un certificado.
Por todos los libros nuevos y usados sobre terapia, comunicaciones, oráculos, astrología, Tarot, psicología, historia, counseling; todo lo aprendido sobre Registros Akáshicos, Radiestesia, PNL, CNV, alquimia, meditación, gemoterapia, cristales y visualización.
No me pagues por des-cubrir soluciones desde el mazo que no podrías haber obtenido en ningún otro lado, a pesar de cuánto tiempo y dinero hayas invertido.
En cambio, pagame por todos los años de mi vida en los que trabajé duro para ahorrar lo suficiente y poder viajar a otras culturas, estudiando y contemplando otras miradas sobre la espiritualidad y el desarrollo humano.
No me pagues por interpretar ninguna de las quintillones de combinaciones posibles de cartas que verás en la mesa desplegadas.
En cambio, pagame por comprar todos los mazos y libros que ves en mi biblioteca, por leerlos y lograr transmitirle los mensajes a cientos de personas, en público y en privado, por honrar la multitud de preguntas que se han llevado a los oráculos desde el principio de los tiempos.
Ni siquiera me pagues por el costo de esta habitación alquilada, de esta luz, de este tiempo, del té sobre la mesa.
En cambio, pagame por cada segundo que arriesgué mi sustento para dedicarme a una pasión, por escribir aunque nadie me leyera, por organizar mis tiempos para poder aprender un poco más, por pasar tiempo aprendiendo y compartiendo cada momento que pudiera, cuando podría haber estado haciendo cualquier otra cosa. Por la cantidad de horas de meditación, contectando con mi intuición.
Págame por la negatividad que tuve que aprender a ignorar, particularmente de otros 'en el Tarot' durante los primeros cinco años antes de que se dieran cuenta de que no iba a desaparecer, y las amenazas, falta de valoración e insultos. Por toda la inseguridad con la que tuve que lidiar al principio y aún así decidí aferrarme a mis ideales.
Y, desde luego, no me pagues por la risa, las lágrimas, las revelaciones repentinas o una apreciación lentamente creciente de lo que puedes hacer a continuación para resolver tu situación.
En cambio, pagame por elegir dedicarme a algo ridiculizado por la mayoría, visto como una curiosidad ociosa por otros, una ocupación inútil incluso por aquellos que alguna vez fueron amigos, y sin embargo aquí estamos...
Tu y yo.
Y estas cartas.
Entonces, no me pagues por esta hora de lectura del Tarot.
Pagame por todo lo que he hecho hasta este momento, y por lo que continúo haciendo, para que podamos seguir con algo que podría ser útil para el resto de tu vida.
En cambio, pagale a mi padre por permitirme el acceso a una fotocopiadora de su trabajo, para poder fotocopiar un juego de 22 cartas de un libro que había tomado prestado de la sección de la biblioteca, y al bibliotecario por dejar a una chica de 13 años tomar prestado ese libro.
No me pagues por lo que te diré sobre tu situación en base a los Arcanos.
En cambio, pagame por las mil horas ese primer año que estuve obsesionada con las cartas, leyéndolas para mis amigos de la universidad, visualizándolas todas las noches, entrando en ellas en sueños para poder encontrarlas como seres vivos en mi propia vida, cada hora de cada día.
No me pagues por ninguna idea nueva que pueda ofrecerte a través de una lectura.
En cambio, pagame por todos los libros que compré y los variados cursos que tomé durante estas últimas dos décadas para prepararme para este momento con vos. Por no venderte un curso intensivo de fin de semana en el que salgas con un certificado.
Por todos los libros nuevos y usados sobre terapia, comunicaciones, oráculos, astrología, Tarot, psicología, historia, counseling; todo lo aprendido sobre Registros Akáshicos, Radiestesia, PNL, CNV, alquimia, meditación, gemoterapia, cristales y visualización.
No me pagues por des-cubrir soluciones desde el mazo que no podrías haber obtenido en ningún otro lado, a pesar de cuánto tiempo y dinero hayas invertido.
En cambio, pagame por todos los años de mi vida en los que trabajé duro para ahorrar lo suficiente y poder viajar a otras culturas, estudiando y contemplando otras miradas sobre la espiritualidad y el desarrollo humano.
No me pagues por interpretar ninguna de las quintillones de combinaciones posibles de cartas que verás en la mesa desplegadas.
En cambio, pagame por comprar todos los mazos y libros que ves en mi biblioteca, por leerlos y lograr transmitirle los mensajes a cientos de personas, en público y en privado, por honrar la multitud de preguntas que se han llevado a los oráculos desde el principio de los tiempos.
Ni siquiera me pagues por el costo de esta habitación alquilada, de esta luz, de este tiempo, del té sobre la mesa.
En cambio, pagame por cada segundo que arriesgué mi sustento para dedicarme a una pasión, por escribir aunque nadie me leyera, por organizar mis tiempos para poder aprender un poco más, por pasar tiempo aprendiendo y compartiendo cada momento que pudiera, cuando podría haber estado haciendo cualquier otra cosa. Por la cantidad de horas de meditación, contectando con mi intuición.
Págame por la negatividad que tuve que aprender a ignorar, particularmente de otros 'en el Tarot' durante los primeros cinco años antes de que se dieran cuenta de que no iba a desaparecer, y las amenazas, falta de valoración e insultos. Por toda la inseguridad con la que tuve que lidiar al principio y aún así decidí aferrarme a mis ideales.
Y, desde luego, no me pagues por la risa, las lágrimas, las revelaciones repentinas o una apreciación lentamente creciente de lo que puedes hacer a continuación para resolver tu situación.
En cambio, pagame por elegir dedicarme a algo ridiculizado por la mayoría, visto como una curiosidad ociosa por otros, una ocupación inútil incluso por aquellos que alguna vez fueron amigos, y sin embargo aquí estamos...
Tu y yo.
Y estas cartas.
Entonces, no me pagues por esta hora de lectura del Tarot.
Pagame por todo lo que he hecho hasta este momento, y por lo que continúo haciendo, para que podamos seguir con algo que podría ser útil para el resto de tu vida.
☄ Amelia Milanese
De 'Tarot Professionals'
De 'Tarot Professionals'
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