Se enciende una vela en medio de la noche. Él ve nacer sus sueños en una hoja. Recorre los relieves de su lapicera y observa en ella la herramienta de su alma para poder ser. Sería más fácil ser un objeto, piensa, ellos nacen con una función y la cumplen. Sería más fácil ser la tinta, vuelve a pensar, porque cada vez que aparece deja su esencia. Sería más fácil ser la noche, pues ella cumple su ciclo natural, y sólo se manifiesta cuando le toca. Y así continuó por horas...
Sin darse cuenta, se estaba acercando a una verdad: precisaba dar un cambio rotundo en su vida y comenzar a vivir experiencias que lo despierten de su letargo. Pero no sabía por dónde empezar... se había cansado de pedirle al universo. Ya había llegado hasta el fondo de si mismo y sin embargo no había nada por delante, ninguna ruta que seguir. Todos los senderos se hallaban ocultos. Y, entonces, ¿cuál será la llave para abrir aquel mundo que siente pero no puede vivir? ¿cuál será el acontecimiento que lo lleve a morar en esas frecuencias acordes a su destino?, y, sobre todo.. ¿cuál será su destino?
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