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jueves, 21 de mayo de 2020

Alas del río

Como si fuera un ser omnisciente, se presenta el río en su transparencia, frente a un cielo catártico que lo recubre. Demuestra en su sencillez el andar de la eternidad. 
Él cuenta historias y los barcos que lo transitan van desmenuzando sus secretos, difuminando las palabras en los restos de una nueva corriente, que revive las células más ínfimas.
Imagina tu mundo sin barreras. Imagina ser cada ser. Mirar con sus ojos. La libertad derramando maravillas.

Cada historia es un enigma y una realidad. La naturaleza funde todos los matices de uno mismo. Y los niños siempre festejan, porque viven. Realmente lo hacen.
Imagina que tus miedos ya no están, se van muriendo con tu anterior personalidad. Sólo suéltala y, aunque llore, no le hagas caso. Ella ya ha perecido, sólo quedan retazos de sus impresiones en ti.

El disfrute es tan esencial como el oxígeno. Es un color y puede pintar los soles de cualquier tez.
Si ya no juzgáramos más a nadie, si ya no precisarámos compararnos para sentirnos mejor o peor, si sólo viéramos vida en los demás y los juicios se ahogaran en el mar de las sombras, podríamos ser el mismo viento que todo lo acaricia.
Cada obra debe ser descubierta. 

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