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martes, 1 de septiembre de 2020

El gobierno del ser y sus ministerios

 En el gobierno de nuestra vida, hay 2 gobernadoras posibles. Una es la Consciencia: ella está a favor de la libertad y la expansión del individuo La otra es la inconsciencia: ella va en contra de la ley natural del crecimiento, de la evolución, se maneja de manera opresiva y egoísta y limita las capacidades del ser. 

El gobierno ejerce sus funciones a través de cuatro (4) ministerios:  

El ministerio Mental: es el ámbito de los pensamientos. 

El ministerio Emocional: Es el ámbito de los sentimientos y emociones, muy ligado al anterior. 

El Ministerio Físico: es el ámbito del cuerpo físico y todo lo que concierne a su pleno funcionamiento 

El ministerio sexual: es el que dirige la energía más pura que tenemos, la de la creatividad y generación. Se asocia a lo que se conoce como Energía Kundalini. Es energía pura de vida. Su aplicación más efectiva se dará siempre y cuando haya una limpieza previa de los anteriores ministerios. Caso contrario, puede convertirse en la energía más destructiva. 

En caso de que gobierne la inconsciencia, lo que primará en los ministerios será el caos y la rebelión. Aunque a veces eso en el momento no se perciba como tal, cada acción tendrá consecuencias funestas en un futuro inmediato o mediato. Será más difícil dirigir la vida, vivenciar la paz y la felicidad, encontrar la libertad. Aún así, puede que algunos ministerios se rebelen frente a esta inconsciencia y comiencen a ser conscientes, lo cual significa un inicio en el Despertar. Y comenzará así una gran opresión por parte del gobierno para que éstos vuelvan bajo su mando, intentando todo lo posible para que se cumpla ese objetivo. Muchas veces, es así como triunfa la consciencia, comenzando con el despertar individual, uno a uno, de los ministerios. En este caso, el que más poder tiene para cambiar la situación general, es el ministerio mental.

En caso de que gobierne la consciencia, experimentar la realidad más diáfana de la vida será mucho más frecuente y sencillo. Se podrá fluir, tal como el río, y se llegará inevitablemente al mar, único destino posible. Aún así, puede que ciertos ministerios no obedezcan a la consciencia y se rebelen, por orgullo y ceguera. En este caso, la consciencia, a diferencia de lo que hacía la inconsciencia con los ministerios que despertaban, no intentará hacer nada para que se hagan conscientes, simplemente será cuestión de tiempo hasta que se conviertan, de manera natural, al hábitat más dichoso y auténtico del ser. 

En la generalidad de los casos, hay una lucha incesante de parte de nosotros para que gobierne una u otra, y a veces estamos a favor de ésta o aquélla. He llegado a la conclusión de que eso no sirve de mucho, porque se siguen creando dualidades dentro de uno y, muchas veces, en vez de disminuir, aumenta la confusión.  

Por lo tanto, creo que lo más lógico es experimentar ambos gobiernos, y ver cuál es el que mejor nos sienta, teniendo en cuenta siempre la aceptación plena y total de los procesos que vamos atravesando en el crecimiento, es decir, considerando que vamos a vivir yendo de uno hacia otro muchas veces, por lo menos hasta que nos decidamos totalmente por uno.

 Es importante, a mi modo de ver, tener en cuenta que uno es eterno y natural, y el otro fue creado por un capricho de alguna fuerza egoica que se apoderó del poder del ser. A mi modo de sentir y entender la vida, siempre será más beneficioso, saludable, armónico y real aquel que es natural, tanto para nosotros como para nuestro entorno. Aún así, muchas veces es necesario experimentar el otro polo para darnos cuenta las consecuencias que trae ese modo de vivir. Todo acto tiene su consecuencia. Esa es creo una de las claves mas importantes para discernir a qué gobierno quiero ceder mi ser, a cuál voy a otorgar la energía de vida que transcurre por mi, cual canal de la divinidad que somos.

 Cada ministerio deberá ser revisado y conocido en profundidad, para que sea posible una más abarcativa comprensión ante la elección de la vida que queremos llevar a cabo. Aquí no hay votos ni elecciones populares. Es uno quien decide, por su propia experiencia, conocimiento, apertura y conveniencia, de qué lado quedarse. Tampoco hay ministros, es uno quien tomará las riendas de todos los ministerios. El pueblo tampoco existe como tal, sino que somos nosotros mismos en todas nuestras facetas. Tampoco hay una duración predeterminada en el cargo de cada gobierno, pues eso quedará bajo nuestra única decisión.

Podemos llevar todo este proceso al gobierno mundial, y ver si realmente quienes toman las decisiones lo hacen a favor o en contra de la salud, libertad y expansión de los individuos. Si no es así, entonces no hay más remedios que convertirnos en nuestros propios guías y ordenadores.

Invito a la reflexión y a que cada cual vea qué energía está gobernando su vida.

saludoos. 
Franco.


Qué es el ser humano? – Arjé o Raíz común



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