Bienvenido/a!. Te invito a recorrer este mundo digital, en donde vuelco mis visiones y sentires. Si entrás desde un dispositivo móvil, aqui debajo presionando en "Página principal" podrás elegir más opciones sobre las temáticas que te encontrarás en el blog. Siempre, además, tenés la opción de elegir la "version web", abajo de todo en esta página, la cual recomiendo porque podrás escuchar música que colgué aquí. Disfrutá el sitio! Saludos. Franco Saenz Contacto: fhsaenz@hotmail.com
jueves, 26 de diciembre de 2019
viernes, 20 de diciembre de 2019
ARMONÍA
(texto escrito por varias personas, en modo de juego, volcando lo que el sentir dictaba en el momento exacto)
Existir es, en sí mismo, mirar sin los ojos, y saciarse del elixir de la vida, que vibra como luz entre los cielos, y del instinto y la galaxia que nos nace desde el viento. Viento que no vemos, pero que empuja los destinos de los ojos.
Perseguir es alejar. Empujar es endulzar lo que nunca vamos a comer. Saborear el momento presente es la verdadera gracia.
Son muchas las gracias, si el tiempo nos guarda el intento que inventamos, voluntad de belleza. Brota en el interior un camino despierto. Intuyo en silencio.
Expandir, respirar y sentir lo propio. El viento suspira la vida y disfruta. ¿Será que habrá que encontrar el camino?. Andemos, estemos, vivamos.
Comprendamos que caminar despiertos es mucho más que abrir los ojos, es agradecer lo que por mandato natural se nos impregna en la piel. El sabor del vivir enriquece cuando regalamos nuestra sabrosa esencia en un abrazo, en el beso más mojado, en la compañía más presente, que no es nada mas ni nada menos que la luz que refleja nuestra naturaleza animal: amar.
Somos lo que hacemos, lo que creamos momento a momento. Vamos creando nuevos universos. Nuevas personas que aparecen, enseñan, reproducen en su ser todo y lo más significativo de cada ser.
Nuestras palabras y decisiones son lo que nos hace valer. Por nuestro tiempo, nuestra historia, nuestros antepasados. Somos una entre mil millones de posibilidades pero, sin embargo, somos únicos. Cada uno vibra donde pertenece.
Existir es, en sí mismo, mirar sin los ojos, y saciarse del elixir de la vida, que vibra como luz entre los cielos, y del instinto y la galaxia que nos nace desde el viento. Viento que no vemos, pero que empuja los destinos de los ojos.
Perseguir es alejar. Empujar es endulzar lo que nunca vamos a comer. Saborear el momento presente es la verdadera gracia.
Son muchas las gracias, si el tiempo nos guarda el intento que inventamos, voluntad de belleza. Brota en el interior un camino despierto. Intuyo en silencio.
Expandir, respirar y sentir lo propio. El viento suspira la vida y disfruta. ¿Será que habrá que encontrar el camino?. Andemos, estemos, vivamos.
Comprendamos que caminar despiertos es mucho más que abrir los ojos, es agradecer lo que por mandato natural se nos impregna en la piel. El sabor del vivir enriquece cuando regalamos nuestra sabrosa esencia en un abrazo, en el beso más mojado, en la compañía más presente, que no es nada mas ni nada menos que la luz que refleja nuestra naturaleza animal: amar.
Somos lo que hacemos, lo que creamos momento a momento. Vamos creando nuevos universos. Nuevas personas que aparecen, enseñan, reproducen en su ser todo y lo más significativo de cada ser.
Nuestras palabras y decisiones son lo que nos hace valer. Por nuestro tiempo, nuestra historia, nuestros antepasados. Somos una entre mil millones de posibilidades pero, sin embargo, somos únicos. Cada uno vibra donde pertenece.
martes, 3 de diciembre de 2019
AMOR EN BANDADAS
Necesito dejar algo aquí, y no sé qué. Necesito envolverte con este amor que emana vertiginosamente de mí. Busco enrollar el ánima que te anima. Te busco por el olfato, te huelo a millares de kilómetros. No hay distancia para las conecciones infinitas, no hay tiempo para el sentir trashumano que nos enhebra. Somos palacios habitados de un rosa potente y atractivo. Y en el coliseo de los recuerdos, hay un atisbo de los roces que nos dejamos marcados en algún sendero del alma. Y sonríe tu cuerpo, baila mi espirítu, goza tu indefinible belleza. Porque todo cambio en los engranajes del universo, acerca las piezas para el colapso de unidad que se deshilacha en el torrente de la vida. Y los rompecabezas rompen también estructuras nefastas y perdidas. Soy aquél que conoció tus mares cuando naufragaste sin destino. Tú eres el viento que mueve mis alas. Somos juntos una catársis crispada que explota en las andanzas del destino sobre el que nos deslizamos llana y hermosamente. En la danza, nos echamos al ícaro rugiente de la tierra, que con su magma nos confirma nuestra pasión creativa irremplazable y quema cada bloqueo, que se disuelve en la atmósfera de otro universo paralelo.
Lo que necesitaba dejar aquí, es lo que acabas de dejar en mí, amor.
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