GOTAS DE EXISTENCIA

Inmerso en la fluidez natural del cosmos, comprendo que el amor es el brillo del universo. Tantos senderos que se marcan en el día a día, reflejan mi necesidad avasallante de explotar entre espasmos de luz. Esta energía que me recorre está circunscripta con los besos mas enérgicos de los labios mas enamorados. Soy un destello del aire prendido fuego por Dios. Te amo tanto, que me ahogo en este mundo marcesible. Estoy tan profundamente conectado con todo, que pierdo la noción del físico que me limita, y puedo arrebatarte los pañuelos del recuerdo y convertirlos en cenizas brillantes.
Se me están cayendo las palabras, no las puedo controlar. Tiran de mí, incendiadas en moralejas subterráneas. Arribo en un tren que va de estrella a estrella. Quiero vivir siempre aquí. Es tan diáfano como el elixir de tu mirada fosforescente. Tan claro como tu piel de algodón. Tan hermoso como tu sonrisa, que me toca las fibras más recónditas del ser.
Estoy regalado en este abismo de sol. Me hallo completo.
Caminemos juntos entonces, para desparramar lluvias lumínicas. Volemos en cada suspiro, haciendo del momento una copa repleta de polvo cósmico.
No estoy imaginando, estoy dejándome ser. Permitiendo que los ángeles del destino me siembren los espacios eternos.
Se está despertando un árbol etéreo. Estoy cruzando los ríos de la realidad. Es una droga que sale de adentro hacia afuera, una avalancha de hermosos sueños en degradé.
TE amo, ¿te dije ya? te lo repito. Para que quede claro. Otra cosa no puedo hacer. Porque así es la vida en realidad. Lejos de las imposiciones y el miedo, vive un amor resplandeciente que, tan paciente como eterno, logra manifestarse cada vez que uno se libera de su propia mente.
Cae, va cayendo. Aunque mi accionar a veces es tardío, y me pierdo en mi propio mundo creado a zarpazos, dejando pasar las oportunidades del calor viviente, reconozco que aún así estoy enteramente en paz y desbordando felicidad. Quiero pensar y no puedo, la mente quedó sorprendida, corrida a un lado por su propia liviandad.
Si me dejaras caer directamente en tí ahora, no tendría más remedio que amarte hasta que mi alma quede desnuda y desprotegida ante todo.
Romperé un día ese silencio tímido y cómodo que reposa aún en las rutas de mi interior, y ya nada ni nadie podrá convencerme de nada, excepto de que cada gota de existencia forma parte del mar de la vida inconmensurable.
Te amo. a tì.

ARMONÍA

(texto escrito por varias personas, en modo de juego, volcando lo que el sentir dictaba en el momento exacto)


Existir es, en sí mismo, mirar sin los ojos, y saciarse del elixir de la vida, que vibra como luz entre los cielos, y del instinto y la galaxia que nos nace desde el viento. Viento que no vemos, pero que empuja los destinos de los ojos. 
Perseguir es alejar. Empujar es endulzar lo que nunca vamos a comer. Saborear el momento presente es la verdadera gracia.
Son muchas las gracias, si el tiempo nos guarda el intento que inventamos, voluntad de belleza. Brota en el interior un camino despierto. Intuyo en silencio.
Expandir, respirar y sentir lo propio. El viento suspira la vida y disfruta. ¿Será que habrá que encontrar el camino?. Andemos, estemos, vivamos.
Comprendamos que caminar despiertos es mucho más que abrir los ojos, es agradecer lo que por mandato natural se nos impregna en la piel. El sabor del vivir enriquece cuando regalamos nuestra sabrosa esencia en un abrazo, en el beso más mojado, en la compañía más presente, que no es nada mas ni nada menos que la luz que refleja nuestra naturaleza animal: amar.
Somos lo que hacemos, lo que creamos momento a momento. Vamos creando nuevos universos. Nuevas personas que aparecen, enseñan, reproducen en su ser todo y lo más significativo de cada ser.
Nuestras palabras y decisiones son lo que nos hace valer. Por nuestro tiempo, nuestra historia, nuestros antepasados. Somos una entre mil millones de posibilidades pero, sin embargo, somos únicos. Cada uno vibra donde pertenece.

AMOR EN BANDADAS

Necesito dejar algo aquí, y no sé qué. Necesito envolverte con este amor que emana vertiginosamente de mí. Busco enrollar el ánima que te anima. Te busco por el olfato, te huelo a millares de kilómetros. No hay distancia para las conecciones infinitas, no hay tiempo para el sentir trashumano que nos enhebra. Somos palacios habitados de un rosa potente y atractivo. Y en el coliseo de los recuerdos, hay un atisbo de los roces que nos dejamos marcados en algún sendero del alma. Y sonríe tu cuerpo, baila mi espirítu, goza tu indefinible belleza. Porque todo cambio en los engranajes del universo, acerca las piezas para el colapso de unidad que se deshilacha en el torrente de la vida. Y los rompecabezas rompen también estructuras nefastas y perdidas. Soy aquél que conoció tus mares cuando naufragaste sin destino. Tú eres el viento que mueve mis alas. Somos juntos una catársis crispada que explota en las andanzas del destino sobre el que nos deslizamos llana y hermosamente. En la danza, nos echamos al ícaro rugiente de la tierra, que con su magma nos confirma nuestra pasión creativa irremplazable y quema cada bloqueo, que se disuelve en la atmósfera de otro universo paralelo.

Lo que necesitaba dejar aquí, es lo que acabas de dejar en mí, amor.