Hay una sustancia intangible que lo impregna todo detrás de la materia. Ella conmueve la sensibilidad de los humanos de cualquier clase social, cuando serenan la mente y se dejan penetrar por su sutileza.
Esa sustancia es vibración. Es luz que se ve sin ser vista por los ojos físicos. Está en algo que creamos sin intención de hacerlo pero que se precipita, fluye y queda sobre una superficie ó movimiento.
Es voz de no sé dónde que se expande en el espacio pleno, generando sonidos recordados. Allí hay todo eso y más.
Aquéllo nos despierta de ese sueño devorado que vivimos permanentemente sin saberlo. Eso casi mágico es ARTE, lo que me hace ser lo que soy: HUMANO!
Donde las palabras ya no pueden llegar con su significado para comunicar una emoción, los sonidos lo hacen.
Donde lo desagradable no se logra borrar por su imperfección, las formas y colores lo transmutan.
Cuando el cuerpo quiere olvidar ó gozar, con movimientos cuenta.
La naturaleza, en todos los casos, se manifiesta abierta, sin esfuerzos, colmándonos de todo, gestando plenitud, felicidad y dándonos el sentido de la vida.